La unidad y los frentes amplios
José (Papo) Coss.
En los últimos años en América Latina y El Caribe, conocemos de muchos casos en donde se unieron las fuerzas de izquierda y triunfaron.
Hay coyunturas históricas que propician los cambios políticos y sociales, que son el resultado de décadas de lucha y resistencia. Le toca a los sectores progresistas detectar y valorar esas condiciones objetivas y tomar las acciones correspondientes más adecuadas.
Si no se aprovechan esos momentos históricos, puede resultar en una pérdida de impulso y en un letargo de los movimientos del cambio, dándole paso a un retroceso de los procesos revolucionarios.
En los últimos años en América Latina y El Caribe, conocemos de muchos casos en donde se unieron las fuerzas de izquierda y triunfaron. También se han dado coyunturas particulares, en donde se perdió la oportunidad momentáneamente.
La tendencia progresista emergente actual es impresionante, sobretodo en Nuestra América. Salvo algunos países como Paraguay, Uruguay, Ecuador, Guatemala, Costa Rica, El Salvador y el gobierno golpista en Perú, todos los demás de la región, están en manos de frentes unitarios, que han sabido armonizar sus diferencias ideológicas, para acceder al poder político.
Otro cantar es el poder económico todavía en manos de las fuerzas neoliberales y retrógradas, ahora desesperadas con el empuje de los pueblos, en contra de la privatización de los servicios públicos esenciales. Por eso, ahora el imperio de USA, intenta articular diversas estrategias de inteligencia, para lograr dividirnos.
Sin embargo, las recientes victorias electorales en Brasil, a través de Luiz Inacio da Silva (Lula) del Partido de los Trabajadores y el “Frente de Todos”, seguido del triunfo de Gustavo Francisco Petro a través de “Colombia HUMANA”, indican que se trata de un salto político cualitativo a favor de la justicia social y la democratización, que no se vivía desde principios del siglo 21.
Claro, no se puede subestimar al enemigo interno y externo, que recurre a viejas tácticas de protestas sociales y vandalismo, que fracasaron antes en Venezuela. Este proceso reflejó mucha madurez y astucia del Presidente Nicolás Maduro y del Partido Socialista Unido, que sabiamente dió paso al “Frente Amplio de la Patria”, logrando derrotar todos los operativos disociadores.
De hecho, es muy significativo, el reciente crecimiento sustentable de la economía de Venezuela y la sólida unidad del pueblo, lo que a su vez repercute favorablemente en toda la región. De ahí, el fortalecimiento del MERCOSUR y otras alianzas regionales que veremos próximamente.
Lo propio ocurre en Méjico, con la consistente y audaz conducción de AMLO y “MORENA”, así como en Bolivia, con el destacado economista de Evo Morales, Luis Alberto Arce y del legendario “Movimiento al Socialismo”.
Otras victorias electorales recientes como en Honduras de Xiomara Castro del Partido Libertad y “Refundación Libre”, así como de Chile, con Gabriel Boric de “Apruebo Dignidad”, se unen al coro unitario de la esperanza que representan los gobiernos progresistas de la región.
Si lo miramos desde una perspectiva más amplia, se trata del continente que se proyecta como el ejemplo a seguir en este momento histórico, para toda la humanidad.
Finalmente, no olvidemos que fue Cuba revolucionaria, con su valiente y abnegada resistencia de más de 64 años (1959-2023), quien abrió el camino a esta época triunfante de las fuerzas progresistas de Nuestra América.
Por eso, aprovechemos esta coyuntura más propicia, para cerrar filas de manera combativa como lo ha hecho AMLO y reclamar el fin del bloqueo y la sucia guerra económica criminal, contra la patria gloriosa de José Julián Martí Pérez y Fidel Castro Ruz.