Las herramientas de la política monetaria

 

 

 

Daris Javier Cuevas

Cuando se habla de la política monetaria se invoca a uno de los soportes de la política económica que usa la cantidad de dinero como variable de control para asegurar y mantener la estabilidad económica de un país.

Significando esto que se trata de las acciones que realiza el Estado para incidir en la cantidad y el costo del dinero, la disponibilidad y colocación del crédito bancario y las condiciones de funcionamiento del sistema monetario y financiero.

Enfocado así, entonces se entiende mucho mejor porque las autoridades monetarias utilizan mecanismos como la variación de la tasa de interés y participación en el mercado de dinero.

Pues ese conjunto de acciones es ejecutado por el Banco Central, cuya finalidad es influir en el crecimiento económico mediante manejo de variables monetarias de la economía y con lo que se prevé el manejo de variables como la inflación, emisión monetaria, el funcionamiento del propio banco Central, regulación de las entidades bancaria, tipo de interés y protección de las reservas internacionales.

Es en tal contexto que cuando se provoca un aumento de la cantidad de dinero en la economía, esto se denomina política monetaria expansiva, en caso contrario, política monetaria restrictiva.

Por tal razón, el banco central tiene la capacidad de modificar el stock de la base monetaria, es decir, puede alterar la liquidez de la economía modificando la misma al utilizar los instrumentos de los que dispone.

Las herramientas de política monetaria de que dispone el banco central, están contenida en la base legal que le da funcionalidad a esa entidad y que, en el caso dominicano, quedan habilitadas en el espíritu del articulo 26 de la Ley No.183-02, ley monetaria y financiera, así como en el espíritu del artículo 223 del texto constitucional dominicano, el cual establece que la regulación del sistema monetario y financiero dominicano queda bajo la responsabilidad de la Junta Monetaria, que a su vez, es el órgano superior del banco central, garante del diseño de la política monetaria.

Es relevante destacar que los bancos centrales tienen variadas y diferentes herramientas para implementar su política monetaria e influir en la cantidad de dinero y también en los movimientos de las tasas de interés y en la economía en sentido general.

En tal sentido, esos organismos reguladores disponen de herramientas como la tasa de interés de referencia o tasa de política, que es la que se refiere a la tasa de los depósitos de las entidades bancarias, también las operaciones de mercado abierto y el encaje legal, y todos concebidos para lograr el objetivo de la estabilidad de precios.

Hay que advertir que las herramientas de política monetaria, excepto el encaje legal, tienen la capacidad de afectar de forma directa la base monetaria.

Sin embargo, en el caso del encaje legal, este apunta a modificar el multiplicador monetario, es decir, el factor que incide en un incremento de la oferta monetaria fruto de un incremento de la base monetaria por el hecho de que en esa fase hay una creación de dinero.

Es importante precisar que cuando el banco central decide que el coeficiente de encaje legal se incrementa o disminuye, el factor reservas bancarias y depósitos, la liquidez del sistema bancario se reducirán o se incrementará.
Si bien es cierto que el encaje legal afecta en la misma proporción a todas las entidades bancarias, el uso del mismo genera desventajas en el sentido de que si se impulsa un incremento de su porcentaje, en lo inmediato se tienen efectos perniciosos sobre la liquidez del sistema bancario, por los rezagos, y difíciles de revertirlo en el corto plazo, pero también, que se impulsa una brecha entre las tasas de interés pasiva y activa que restan rentabilidad a las operaciones bancarias, desincentivando así a los depósitos y perturbando la intermediación financiera.

Con la primera resolución de la Junta Monetaria, del 12 de enero del 2023, en el cual se libera del encaje legal el monto de RD$21,424.4 millones con la finalidad de que las entidades de intermediación financiera orienten el crédito a diferentes renglones de la economía, en particular las viviendas de bajo costo.

En los hechos esto significa que la política monetaria estará reorientada a impulsar una expansión del crédito, implicando una relajación de la política monetaria, que al inicio de año mantenía la tipología de restrictiva que prevaleció en todo el 2022.

Este cambio en la política monetaria hay que verlo con cautela si partimos del hecho de que las razones que provocaron mantener una política restrictiva en el 2022 aun no han desaparecido, máxime cuando esas restricciones monetarias no han logrado el objetivo de controlar los niveles de inflación acorde con la meta de inflación.

En adición, el entorno económico sigue siendo complejo, lleno de incertidumbre y riesgos, lo que genera dudas acerca de que tanto las familias estarán dispuestas a endeudarse a largo plazo, lo que tiende a generar dudas sobre la efectividad de la política monetaria con la potencial amenaza de retornar a las restricciones monetarias en el corto plazo.

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