Para mejorar o transformar el sistema de pensiones (3)

Por Alejandro Moliné. En cualquier escenario de capitalización individual o de reparto habría que considerar las pensiones de todos los regímenes de la seguridad social, para que el país pueda disponer de un sistema universal que garantice un ingreso a todos los adultos mayores que lo necesiten.

Como mencionamos en artículos anteriores, en el actual presentaremos cuatro opciones para mejorar o transformar el sistema dominicano de pensiones, iniciando por la más paramétrica y terminando por la de mayor contenido estructural. Pero previamente señalaremos algunos puntos que podrían ser ponderados por autoridades, legisladores y sectores sociales antes de cualquier decisión al respecto:

  1. Dada la importancia del tema, es imprescindible disponer de un espacio de reflexión y diálogo, como el del Consejo Económico y Social (CES), donde representantes de la ciudadanía, autoridades y otros actores presenten experiencias y debatan opciones sobre mejoras y cambios al sistema de pensiones, lo que aportaría credibilidad y legitimidad al proceso.
  1. Aprovechar la oportunidad para avanzar en garantizar una cobertura universal de pensiones para todos los adultos mayores del país, por lo que la discusión no debería circunscribirse exclusivamente al ámbito de las contributivas, sino incluir también el fortalecimiento y la expansión de las del Régimen Subsidiado y la implementación de las del Régimen Contributivo Subsidiado.
  2. Dos objetivos fundamentales que deben estar presente a lo largo del proceso de reforma de pensiones son: a) Procurar una alta tasa de reemplazo viable y sostenible y b) Establecer la mayor pensión básica universal que el país pueda pagar. La pensión básica tiene que ser garantizada para cotizantes que no hayan acumulado suficiente para una pensión mínima y para adultos mayores que la necesiten, de acuerdo a condiciones socioeconómica definidas, e independientemente de que hayan contribuido o no en algunos de los subsistemas existente.
  3. Para que el sistema sea más eficiente y los fondos más rentables se deben adoptar medidas que mantengan los costos administrativos, comisiones y beneficios en mínimos razonables, procurando que la mayor cantidad de recursos se destine a engrosar los fondos y las futuras pensiones.
  4. Asegurar la mayor afiliación y contribución posible por parte de los trabajadores del sector informal, cuentapropistas y profesionales liberales. Hacer un ejercicio de creatividad en la búsqueda de mecanismos de captación e integración de esas poblaciones, así como de sistemas novedosos de recaudo y cobranza que permitan adherencia y un flujo estable de las contribuciones.
  5. Cualquier decisión que se adopte debe basarse en análisis que muestren razonabilidad y garanticen sostenibilidad a mediano y largo plazo. Los ofrecimientos de sistemas de reparto con altas tasas de reemplazo o las alarmas sobre la insostenibilidad financiera de sistemas distintos al de capitalización individual, que no se apoyen en análisis económicos y actuariales, deben ser descartados para fines de decisiones responsables.

    7.Dado los riesgo de dejar las cosas como están o de tomar medidas sin un sustento técnico adecuado, así como para evitar que se postergue indefinidamente la reforma al caer en un limbo temporal intencional, sería recomendable que el resultado congresual que se pudiese producir en el momento actual, consista en un artículo con un mandato al Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), para que en un plazo no mayor a 6 o 9 meses presente al Poder Ejecutivo, al Legislativo y al espacio de diálogo social un grupo de propuestas y escenarios de modificaciones del sistema, propiciando la posibilidad de que la autoridades nacionales puedan tomar una decisión informada.

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