Paremos el estallido social
Dr. Isaías Ramos
La disparidad social cada día se acrecienta más. Los índices de marginalidad social, mortalidad infantil, desnutrición y analfabetismo no son alentadores. Los pobres en su inmensa miseria se encuentran excluidos de la sociedad actual. Esta exclusión implica una falta grave en el tejido social, lo que incluye no solo los criterios monetarios, sino también el entorno ambiental, el estado familiar y la solidaridad social, por lo que, difícilmente estos criterios pueden ser captados por las estadísticas.
La situación actual de los dominicanos requiere que dejemos de lado las cosas superfluas y que nos enfoquemos en las cosas importantes que nos permitirán crecer como una nación. No basta con que el presupuesto al gasto social sea cada día más cuantioso, generando la misma miseria. Lo que se requiere es que sea más efectivo y sobre todo creador de nuevas oportunidades en condiciones de igualdad. Es importante subrayar que el sistema político viene utilizando estos planes sociales más bien con el rol clientelista, creador de un círculo vicioso de “crear miseria y dar migajas». Con este modelo han establecido una dictadura clientelar, la cual ha logrado sobrevivir por décadas. Esta perversión de la política pública ha frenado el progreso y desarrollo de la nación.
El 76.7% de los dominicanos vive angustiado por el hambre y el prospecto de un futuro incierto. Las dificultades los hacen sentirse impotentes frente al umbral oscuro en que viven. Esta partidocracia no se preocupa por los menos favorecidos a los cuales percibe como una masa humana cuya dimensión y características, para ellos, es insignificante. Estos solo son tomados en cuenta en las épocas electorales, donde son comprados como ganado, violándoles lo mas sagrado de la raza humana –su dignidad. Les sueltan migajas para saciar el hambre del día, acompañadas de promesas que nunca cumplirán.
La práctica perversa de saqueo, mentiras, engaños y migajas para el pueblo debe ser suplantada por una lucha contra la pobreza mil veces diagnosticada e igual de veces pasada por alto. Esta lucha debe incluir la reinserción de las poblaciones marginales y la creación de empleos productivos. Debemos fomentar alcanzar el desarrollo físico, mental, espiritual, material y económico de todos dentro de un clima de orden, justicia e igualdad de derechos y oportunidades, donde se respete cada individuo sin distinción.