¿Por qué no ingresó Bosch al país, durante la guerra de abril del 1965?
Lic. Eligio (Gabriel) Serrano García.
Los que me conocen saben muy bien que soy miembro de la Comisión Política del glorioso Partido Revoluciónario Dominicano, (PRD) y fiel militante del pensamiento del Doctor José Francisco Peña Gómez, y que solamente apegado a la verdad histórica, en mi condición de historiador, graduado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, surjo en este instante para resplandecer el razonamiento. Esto viene al caso, al escuchar, la afirmación de doña Eulalia Flores, en un programa de televisión : «que Juan Bosch no regresó al país en el momento de la contienda de Abril, porque tenía miedo».
Al escuchar esa falsedad y abrazarme con el silencio, es un doble pecado. Primero, porque es una pobre interpretación de la circunstancia del momento, que puede calar. Y segundo, el decir eso, es destruir la razón del levantamiento. Ya que Bosch, encarnaba el símbolo de la Constitución del sesenta y tres. Y sí él hubiese tomado el camino de la huida, no se hubiera embarcado en organizar con el coronel Fernández Domínguez, la conspiración y el alzamiento constitucionalista.
Para responder esa afirmación
citaré a uno, quizás el mejor autor, sobre el acontecimiento de Abril. Me refiero al profesor de política exterior, el norteamericano Piero Gleijeses, quien en la página número 408, de su excelente obra: «La Crisis Dominica», expresa sobre el regreso de Bosch, lo siguiente :
*»Muchos han acusado a Bosch de cobardía por no haber retornado al país, durante la guerra civil (ver, por ejemplo Overtaker by Events de Martín, pág 706-7). -(se refiere a Jhon B. Martín, en su libro El Destino Dominicano)-. Esta acusación no se funda, -afirma el autor-, en ningún hecho, sino en la hostilidad hacía el hombre o hacía el movimiento constitucionalista.»*
«Los dirigentes de la Conspiración no quisieron que Bosch intentase un retorno clandestino antes del estallido del contragolpe, porque un intento tal habría llevado consigo el riesgo innecesario de una detención que hubiera procurado el Triunvirato, un precioso rehén (entrevistas con Hernando Ramírez, Molina Ureña y Peña Gómez). Se decía también que un avión militar partirá inmediatamente después del triunfo de la revuelta para traer de regreso a Bosch desde Puerto Rico. No hubo tal avión, es claro.» «Comenzó la guerra civil, y los constitucionalistas no tenían medios para traer de regresó a su Presidente, dada la actitud de la marina y la fuerza aérea. Además, el Aeropuerto Internacional de Punta Caucedo había sido cerrado al tráfico civil a partir de la tarde del veinticuatro; y se hallaba, por otra parte, en territorio de San Isidro.»
Prosigue el autor Gleijeses : *»El regreso de Bosch no hubiera menos imposible después del desembarco de los marines. En cuestión de horas, todas las guarniciones neutrales del interior se pronunciaron a favor de San Isidro, y los Constitucionalistas quedaron bloqueados en unos pocos kilómetros cuadrados de la capital.»*
Se pregunta el autor : *¿»Pero entonces, qué otra cosa pudo haber hecho Bosch. Debió intertar ser pasado de contrabando al reducto de los Constitucionalistas»?* *»Es tonto pensar que lo hubiera conseguido, dado que estaba bajo constante vigilancia del FBI, y que fuerzas navales y aéreas norteamericanas cercaban la República Dominicana.»*
*»Así imposibilitado de reunirse a sus seguidores constitucionalistas Bosch, permaneció en Puerto Rico hasta el final de la guerra civil, cuando pudo por fin regresar a su país».*
Aquí termina el autor, en la pág número 408, de su obra: «LA CRISIS DOMINICANA».
Por: Piero Gleijeses.
Indudablemente, una interpretación totalmente objetiva y sincera, que le brinda la respuesta a quienes exigen, a Bosch, lo que otros tampoco pudieron hacer, porque ningún constitucionalista pudo entrar al país durante la contienda de Abril. Pero tampoco nadie puede afirmar que Bosch tenía posibilidades de entrar, pese a que está documentado los esfuerzos que hizo el coronel Fernández Domínguez para ellos poder regresar al país.
En éste caso mi respuesta se debe a que ese criterio, daña la esencia del acontecimiento histórico más alto, de nuestra historia.