Un millón de personas está en inseguridad alimentaria en la RD
EC. Antes que el mundo comenzara a ser azotado por la pandemia de covid-19, en República Dominicana el 5.5 % de la población no alcanzaba a cubrir los nutrientes mínimos para desarrollar una vida sana. Y “la cosa” empeoró
En 2019 en el país había aproximadamente 600 mil personas en condición de inseguridad alimentaria. Actualmente, se estima que el número ronda el millón de dominicanos, y cuando se habla de inseguridad alimentaria se refiere a todas sus formas (desnutrición, malnutrición, obesidad, bajo peso al nacer, etcétera), de acuerdo con datos del Banco de Alimentos de República Dominicana (BARD), que dirige Julinna Staffeld. La crisis sanitaria ha profundizado la situación, como un elemento negativo que no es exclusivo de esta nación, sino que el fenómeno está presente en otros países de la región latinoamericana. De otro lado, según advierte la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el país sufre doble carga de la malnutrición, presentando no solo grupos de población que tienen inseguridad alimentaria, sino también un importante porcentaje que presenta la otra cara de la malnutrición, que es el sobrepeso y la obesidad.
A juzgar por las cifras de sobrepeso y obesidad en el territorio dominicano, la dieta local que se consume diariamente no es saludable. Casi tres millones de dominicanos están sufriendo de obesidad (un 27.6 % de la población) y el 8 % de los niños menores de 5 años tiene sobrepeso, según la última encuesta del Ministerio de Salud y Enhogar 2019.
“Esto nos confirma que tenemos que modificar el manejo de los sistemas agroalimentarios. Por otra parte, el sistema agroalimentario también incluye el costo de los alimentos que consumimos, y eso va más allá de la elección de los consumidores”, dice el representante local de la FAO, Rodrigo Castañeda. Y agrega: “Uno de los aspectos que limitan el consumo de alimentos más nutritivos, es su alto valor monetario.
De acuerdo al Informe sobre la Seguridad Alimentaria y la Nutrición publicado por FAO en 2020, en América Latina y el Caribe, el costo de una dieta saludable es el más elevado del mundo”. Ese costo es casi 4 veces más elevado que una dieta con productos ultra procesados con un contenido excesivo de grasa, azúcar, sal, sodio y bajos en nutrientes.
La importante fecha: 16 de octubre
Cada año, el 16 de octubre la FAO celebra el Día Mundial de la Alimentación, que bajo su lema “Nuestras acciones son nuestro futuro” apuesta a introducir un cambio en los sistemas alimentarios, con el fin de que se produzcan alimentos más nutritivos, respetando y cuidando a la vez el medio ambiente.
La agenda que tiene Naciones Unidas busca reducir el hambre a cero para el año 2030, sin embargo, para organizaciones como los bancos de alimentos, que han hecho grandes esfuerzos para que se cumpla esa meta, la existencia de la pandemia, que ha conducido a un retroceso, ha resultado frustrante.
“Se ha constituido en un gran reto continuar creyendo que vamos a lograr eso”, dice Staffeld. “Estamos ante una problemática, y la pérdida y desperdicio de alimentos continúa. Todavía en nuestro país es mucho lo que falta por hacer para concientizar no solamente al gobierno, sino también a los congresistas y a todos los ciudadanos para que comencemos a ser un poco más responsables, tanto en la producción como en el consumo de alimentos”, sostiene.
Asegura que tiene información certera de que todavía en este país hay cadenas de supermercados que prefieren destruir y compactar aquellos productos que están próximos a vencer y que aunque no tengan valor comercial siguen estando aptos para el consumo humano.
“Como Banco de Alimentos estamos en capacidad de rescatarlos, ya que nosotros somos un referente confiable, tanto en la recepción como en la donación de alimentos. Estas donaciones las hacemos a instituciones como hogares de niños huérfanos y abusados, a hogares de adultos mayores, a adictos en recuperación y a discapacitados de una manera organizada, justa y equitativa. Y podemos dar evidencia dónde van a parar cada una de las donaciones que nosotros recibimos”, expuso.
Indicó que cuando el Banco de Alimentos recibe una donación de una institución, de una empresa o un supermercado, inmediatamente la pesa en una balanza industrial, la clasifica y saca la merma y lo que es producto apto para el consumo humano.
“Vemos que tenga dignidad, que no esté vencido y eso lo distribuimos en las organizaciones que atendemos -que son más de 200- a través de las cuales se alimenta a más de 18,000 personas cada mes, entregando alimentos seguros, variados y con suficientes valores nutricionales”, apuntó.
Exhortó a los dueños de cadenas de supermercados que aún no se sensibilizan, a que en vez de destruir o de compactar alimentos, los donen al Banco de Alimentos. “Queremos invitarlos para que conozcan bien nuestras actividades, el nivel de confiabilidad con que recibimos, manejamos y donamos esos alimentos de los que hablo. Que vean la cantidad de personas que pueden ser beneficiados. Que eso que ellos convierten en desechos sólidos, en destrucción del medio ambiente, el Banco de Alimentos lo transforma en raciones alimenticias para alimentar a toda esa población que depende de la institución”, dijo.
Una cuestión de derecho
La seguridad alimentaria es un derecho fundamental vinculado al desarrollo humano y existe cuando todas las personas tienen en todo momento, acceso a suficientes alimentos sanos y nutritivos, que permitan satisfacer sus necesidades alimenticias y disfrutar de una vida saludable. República Dominicana, con el apoyo de la FAO, el Programa Mundial de Alimentos, Unicef y el sistema de Naciones Unidas, promulgó en el 2016 la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, que entrega un marco normativo para estructurar y coordinar acciones que contribuyan a alcanzar la seguridad alimentaria de su población.
Se espera que distintas iniciativas sigan avance
Por ser hoy el Día Mundial de la Alimentación, la FAO aboga porque prosperen las iniciativas encaminadas a tener una población mejor alimentada y no queden limitadas a esfuerzos aislados. “Juntos podemos transformar el sistema agroalimentario para que sea más fuerte y sostenible”, dice Rodrigo Castañeda, representante local.
Advierte que es urgente tener un marco normativo para la alimentación escolar, que fomente una alimentación saludable desde la escuela a la familia. “Además, es urgente desarrollar una normativa legal de etiquetado de los alimentos, que informe a la población cuando los productos tengan un alto contenido de azúcar, sal, grasas y sodio, como se viene haciendo en la mayoría de los países de la región. Y por último, se necesita una ley de agricultura familiar”, plantea Castañeda.