Suspensión del envío de armas de EEUU a Israel, una medida que obedece a sus «intereses electorales»

SPUTNIK. Las declaraciones del presidente de EEUU, realizadas el miércoles 8 de mayo durante un reportaje con la cadena ‘CNN’, llegan luego de más de siete meses de apoyo de parte de EEUU a la ofensiva israelí en Gaza. Para los expertos, se trata de una decisión motivada por las necesidades electorales del mandatario, de cara a los comicios de noviembre.
Por primera vez desde el inicio de la escalada del conflicto entre Hamás e Israel luego del ataque del 7 de octubre al país hebreo en el que murieron 1.200 personas, el presidente estadounidense, Joe Biden afirmó que detendría algunos envíos de armas si el primer ministro, Benjamín Netanyahu, llevaba adelante una incursiónsignificativa en la ciudad palestina de Rafah.

«En Gaza han muerto civiles como consecuencia de esas bombas y de otras formas de atacar a los centros de población», afirmó Biden en el reportaje, reconociendo el rol que el armamento suministrado por Washington —que ha financiado históricamente una parte importante del presupuesto de Defensa de Israel ha tenido en la muerte de víctimas palestinas, calculadas en casi 35.000, según cifras oficiales.

Y añadió: «He dejado claro que si entran en Rafah no suministraré las armas que se han utilizado históricamente para ocupar las ciudades, para ocuparse de ese problema. He dejado claro a Bibi [Netanyahu] y al gabinete de guerra que no van a contar con nuestro apoyo si, de hecho, atacan esos centros de población».

Sin embargo, este anuncio, que implica la paralización de la entrega por parte de EEUU a Israel de 3.500 bombas, como también de proyectiles de artillería, fue calificado como un «show» del presidente Biden, diseñado para consumo doméstico y con la intención de incrementar sus números en los sondeos de intención de voto, que muestran al mandatario y candidato demócrata varios puntos detrás del aspirante republicano, el expresidente Donald Trump.

Liu Zhongmin, profesor del Instituto de Estudios de Oriente Medio de la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghái, dijo al Global Times que, aunque Estados Unidos es el mayor proveedor de armas de Israel, Biden utilizó específicamente la palabra «algunas» al hablar sobre el cese de envíos de armas, lo que significa que su Administración continuará colaborando con Tel Aviv, y solo se limitará a suspender algunos envíos luego de 7 meses de absoluto respaldo, tanto político, militar y diplomático.

«Mientras continúan las protestas contra la guerra en las universidades estadounidenses y se avecinan las elecciones de noviembre, Biden se encuentra detrás de Donald Trump en las encuestas y su Administración debe demostrar su voluntad de implementar cambios. Por lo tanto, la decisión de detener ciertos envíos de armas se ve simplemente como una táctica para enviar un mensaje de advertencia a Israel y sirve como una medida temporal por parte de Estados Unidos para aliviar la presión sobre sus propios intereses electorales», señaló Liu.

En ese sentido, cabe recordar que Biden, un histórico aliado del Estado hebreo desde sus comienzos como senador a principios de la década de los 70, señaló en la misma entrevista que esta decisión no implicaba que EEUU se desmarcara de proporcionar seguridad a Israel, sino que solamente no lo ayudaría a emprender una ofensiva en dicha zona, donde se calcula que casi un millón y medio de palestinos desplazados viven actualmente en condiciones peligrosas para la salud, así como extremadamente precarias.

«No contar con el apoyo de los suministros de armas estadounidenses no significa que Israel se haya quedado sin armas para sostener sus bombardeos y ataques. Los canales de suministros militares de otros países, incluidos los europeos, así como las reservas, permitirán a Israel continuar su operación», señaló por su parte Liu Haidong, profesor de la Universidad de Asuntos Exteriores de China.

Liu recordó además que, si bien los judíos representan solo el 3% de todo el electorado en EEUU, se trata de un grupo con un fuerte poder de lobby en Washington —nucleado en la agrupación AIPAC, que destina decenas de millones en cada ciclo electoral para ayudar a elegir a candidatos pro-Israel— y con una fuerte presencia entre los líderes financieros y mediáticos del país.
Esta es una de las razones, indica el experto, por las que Biden no puede soltarle la mano al gobierno de Israel, por más que apoyarlo resulte en la pérdida de respaldo entre el electorado joven, el bloque progresista y los votantes árabes-americanos, siendo todos ellos grupos que fueron claves para que el candidato demócrata obtuviera su triunfo sobre Trumpen las elecciones presidenciales del 2020.

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