Este discurso ha sido replicado por el actual Gobierno de Joe Biden. En noviembre de 2021, cuando el presidente de EEUU y el de México, Andrés Manuel López Obrador, se reunieron en Washington, el mandatario del país latinoamericano agradeció a su homólogo el trato respetuoso y, dijo, «no nos ven como patio trasero».
Pese a ello, Ismene Brás indica que si bien ya no se habla de una doctrina Monroe como tal, lo cierto es que el neoimperialismo ha impuesto nuevas formas por las cuales EEUU sigue teniendo prácticas injerencistas.
La experta señala que aunque dichas formas no sean una política en forma o incluso visibles, sí juegan un papel importante en cuanto a las relaciones socioeconómicas de la región. Un ejemplo de esto es la relación de Latinoamérica con China.
«Nosotros [los países latinoamericanos] somos los espacios en donde se libran las luchas comerciales [entre potencias]», indicó.
Daniel Garay señaló que el triunfo de los Gobiernos de izquierda en países como Argentina, Chile y Colombia ha implicado también un proceso de alejamiento de estos países con Estados Unidos, país que, asegura, no quiere perder su preponderancia en la región.
«Estados Unidos va a tratar de evitar la presión que está ejerciendo China sobre los países latinoamericanos, entonces Estados Unidos no quita el dedo del renglón en seguir aplicando sus intereses», indicó.
China, explica, tiene un fuerte anzuelo para llamar la atención de América Latina: la Nueva Ruta de la Seda, un desarrollo global de infraestructura impulsado por China desde 2013 que se ha convertido en una de las banderas del Gobierno de Xi Jinping.
De acuerdo con Ismene Brás, Estados Unidos vende la imagen de que China es un «país agresivo»; sin embargo, dijo, el territorio asiático se ha visto también históricamente asediado por la nación norteamericana. Esta percepción impulsada por EEUU contra China y Rusia, también influye en las relaciones socioeconómicas e ideológicas.
«Un país, en este caso una potencia que busca ser una hegemonía, siempre va a generar cierta percepción cultural; y una forma de expandirse y asegurarse los mercados e inversiones va a ser a partir de la percepción cultural».
Pese a esto, aseveró Daniel Garay, China y Rusia han ganado espacios en América Latina, sobre todo en Sudamérica, mientras que Estados Unidos se ha rezagado de la región, lo cual es también un síntoma de la desconfianza que las naciones latinoamericanas sienten hacia el país norteamericano por los agravios históricos.