Las causas de la crisis energética: EEUU refuerza su posición en el mercado europeo de gas natural

REDCOM. Detrás de la situación en los mercados energéticos de los últimos años, especialmente en Europa, se puede ver claramente el deseo de Estados Unidos de cambiarla a su favor.

Utilizando como pretexto plausible el eslogan de diversificar las importaciones de hidrocarburos a la UE, los estadounidenses estaban «limpiando» activamente el altamente rentable mercado energético europeo para ellos mismos.

En once meses de 2022, los suministros de GNL de EEUU a Europa aumentaron un 137% en comparación con el mismo período de 2021. En marzo de 2022, se alcanzaron acuerdos políticos entre EEUU y la UE para aumentar los suministros de GNL de EEUU en 15 000 millones de metros cúbicos por año.

Además de los acuerdos con la UE, el 7 de diciembre de 2022, Washington y Londres firmaron la Energy Security and Affordability Partnership, en virtud de la cual Estados Unidos anunció su intención de más que duplicar los suministros de GNL a las terminales británicas en 2023 en comparación con 2021 (desde 4 a 9-10 billones de metros cúbicos). Parte de estos volúmenes serán reexportados a Europa continental.

Es de destacar que en los propios Estados Unidos, los precios domésticos del gas son varias veces más bajos que los europeos. Es obvio que el atractivo de Europa para los proveedores estadounidenses de GNL en 2022 no se explica por las relaciones aliadas, sino únicamente por los beneficios comerciales y los altos precios europeos.

Los llamados de Washington a la «independencia energética» de Europa se han convertido en una dependencia del costoso GNL estadounidense, cuyo suministro es inestable y depende de las condiciones climáticas.

Las medidas de los europeos de introducir un mecanismo de regulación del precio del gas a partir del 15 de febrero de 2023 y un sistema de compras colectivas indican que la ruptura de la cooperación en el sector del gas con Rusia tiene un impacto extremadamente negativo en la economía europea.

Los europeos, por la necesidad de reponer el suministro de gas procedente de Rusia, han marcado un rumbo para la reorientación de las cadenas mundiales de suministro de GNL, causando daños directos e indirectos (un fuerte aumento en los costos de flete) a los países importadores de energía en Asia y en los países en desarrollo.

Actualmente, la competencia por el GNL aún no ha alcanzado formas extremadamente agudas debido a la disminución de la demanda en China. Al mismo tiempo, a la luz de la esperada recuperación post-COVID de la economía china y el crecimiento de la demanda en el Sudeste Asiático en 2023, se espera un déficit en el mercado de GNL.

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