Los precios no bajan, aunque la inflación se estanque

Por Altagracia Paulino

Con este título queremos compartir la experiencia de los últimos 45 años relacionada con la inflación y los precios, sobre todo de los productos básicos incluyendo los alimentos, esos que nos hacen elevar el “grito al cielo” cada vez que vamos al supermercado y encontramos su precio elevado.

Hay quienes dicen que la inflación es temporal, que pasará, que son los efectos de la pandemia y de la guerra, sin embargo, es una máxima irrebatible que los precios que deja la inflación jamás se devuelven, nunca bajan a los niveles que compensen la pérdida del poder adquisitivo de los asalariados.

Si no fuera así, tuviéramos los precios de antes, es decir los de cuando me casé en el 1977, que una libra de pollo costaba 25 centavos, una libra de carne de res 30 centavos, un litro de leche diez centavos, un sobre de café un centavo, un huevo un centavo y con 15 centavos de carne de pecho se hacía una tremenda sopa para toda la familia. El salario mínimo era de 60 pesos y alcanzaba para el pago de los servicios y productos básicos, aunque había muchos niños desnutridos para la época.
Artículos como una licuadora de la mejor marca costaba 25 pesos y fácilmente se montaba en un vehículo modesto con 800 pesos; con mil y un poco más tenía un buen carro. Recuerdo que una Honda pequeña costaba 800 pesos, nueva.

En 1978 hubo cambio de gobierno, el presidente Antonio Guzmán, del Partido Revolucionario Dominicano, elevó el salario mínimo a 125 pesos y ese salario mínimo empujó a los demás salarios.

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