Medidas distintas inducen al engaño
Altagracia Paulino
Desde el 2014, la República Dominicana debió adecuar el sistema nacional de medidas al estándar que fue asumido para facilitar el comercio, conocido como Sistema Internacional de Medidas (SI), que comprende nuevas nominaciones, con lo cual se resolvieron las disparidades que entorpecían el intercambio comercial global.
Todavía en el país se utiliza el sistema híbrido, en el que abundan las medidas del sistema inglés, lo que perjudica a los consumidores por las distintas medidas que están implicadas en el comercio donde la libra debió sustituirse por el kilogramo.
Muchos recordarán los reclamos para que los combustibles, sobre todo el GLP, se vendiera pesado, ya que en el mercado internacional el producto se vende en tonelada métrica, que es pesado y está registrado en el sistema internacional de medidas. Empero, aquí se vende por galón que es una medida inglesa, por demás descontinuada al entrar en vigor el SI.
La Ley 166-12, que crea el Instituto Dominicano para la Calidad (INDOCAL, contempla la Dirección de Metrología, la cual debió cumplir con el mandato de la ley, que daba hasta el 2014 para que el país se adhiriera al Sistema Internacional de Medidas y evitar las distorsiones que afectan a los consumidores.
En el nuevo sistema de medidas la gasolina debía venderse en litros y el GLP en kilogramos, así se cumpliría con la ley local y los estándares internacionales oficialmente establecidos.
El SI tiene siete unidades y un marco conectado con todas las medidas de las ciencias, la Industria y el comercio como son el metro (M), para las longitudes; Kilogramo (KG), para masa; Segundo (S), para el tiempo; ampere (A), para la corriente eléctrica; Kelvin (K), para la temperatura; Mol (M), para la cantidad de sustancia y Candela (Cal), para la intensidad luminosa.
En el mercado encontramos múltiples medidas: onza, libra, litro, gramo, CC, galón, vara, yarda, pulgada, pie, centímetro, medio galón, plátanos y guineos pesados y en unidad, creando un disturbio donde el consumidor sale perjudicado porque la información está expresada de manera confusa.
Para que sea transparente, la forma como esté expresado el peso debe ser entendida, sobre todo en la relación precio y cantidad, y para ello el precio unitario juega un papel preponderante.
Con los medicamentos sería genial si nos informaran en cuánto sale cada pastilla individual, y no comprar una gran caja que después debiera retirar el sobrante o que vengan en dosis que permitan elegir porque seguro habría un cambio en el precio.
Otro detalle para tomar en cuenta son los medios para medir y pesar. Todavía se utilizan balanzas de resorte mecánico, las cuales dejaron de utilizarse porque siempre estaban descalibradas, por lo que nunca una libra tenía 16 onzas, que es el equivalente.
La dirección de Metrología tiene el desafío no solo de verificar el equilibrio de las balanzas, debe también inspeccionar todos los aparatos de mediciones o crear un mecanismo para que al menos cada seis meses estos sean verificados y certificados para evitar errores que como en el campo de la medicina podrían ser significativos.
Los medidores de electricidad deben ser verificados y calibrados, con un tercer imparcial que podría ser PROCONSUMIDOR, y evitar las quejas de familias que alegan les suben hasta el cien por ciento en sus facturas.