Mortalidad neonatal: vergüenza nacional e internacional (1)

Julio César Mejía Santana

Por niveles de renta media, los países de ingresos altos tienen una tasa promedio por debajo de 3 por mil (2.7), y en contraste, los de ingresos bajos 26.7 por mil. Los de ingresos mediano -entre los que clasifica a RD- tienen tasa de 17 por mil.

El “brote” de muertes de recién nacidos en el Hospital Materno-infantil San Lorenzo de los Minas revelado hace unas dos semanas por la periodista Nuria Piera en su programa Investigación Periodística es un nuevo episodio de la tragedia histórica de la supervivencia infantil en República Dominicana, que esta vez se repite como comedia de un ridículo ocultamiento o falseamiento estadístico.

Pese al subregistro que secularmente acusan las estadísticas oficiales de muertes y nacimientos, los reiterados “brotes” de muertes neonatos en maternidades u hospitales públicos son reveladores de la magnitud y gravedad de la mortalidad neonatal y de las deficiencias y falencias de la atención obstétrica, hechos que si han sido estimados con suficiente confiabilidad estadística por encuestas de hogares como la ENDESA y ENHOGAR.

Estas dos encuestas y los datos recopilados a nivel mundial y regional por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la Salud (OPS), UNICEF y las Naciones Unidas, han revelado los enormes rezagos de RD en la reducción de la mortalidad de neonatos en el concierto de países del mundo, compartiendo junto con Haití la más alta tasa de mortalidad en la infancia y en el período neonatal en América Latina, para asombro e incredulidad de muchos dominicanos, sobre todo aquellos nacionales que atribuyen a las parturientas haitianas nuestro vergonzante nivel de mortalidad en recién nacidos.

Más allá de los episódicos escándalos mediáticos y remoción de personal médico obstétrico que cada cierto tiempo provoca las alzas de muertes de neonatos, es de rigor situar la problemática en el contexto mundial y regional, para así entender con claridad el enorme rezago del país en la reducción de la mortalidad de recién nacidos y su falta de correspondencia del exitoso crecimiento del crecimiento y del PIB per cápita en las últimas cinco décadas.

El panorama internacional de la mortalidad en la infancia

El abatimiento de la mortalidad en el mundo a largo de las dos últimas dos centurias ha sido, sin dudas, uno de los mayores logros de la humanidad desde los inicios de la Revolución Industrial. Especialmente la espectacular mejoría en la supervivencia humana lograda a nivel mundial, después de milenios de sufrimiento y fracaso, es tal vez el éxito más significativo de los avances logrados por los países hoy desarrollados como los llamados en vías de desarrollo. El aumento de la prosperidad, el aumento de la educación y la difusión de la atención médica en todo el mundo son los principales impulsores de este progreso.

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