¿Operaciones militares conjuntas Chino-Paquistaníes para acabar con el terrorismo?
F. M. Shakil.
Ilustración: The Cradle
Harto de la incapacidad de Pakistán para frenar los atentados terroristas contra trabajadores chinos, Pekín participará en una operación militar conjunta contra militantes en la conflictiva región de Baluchistán. O eso, o las futuras inversiones en un Pakistán falto de liquidez quedarán en suspenso indefinidamente.
Pekín e Islamabad parecen haber fraguado una estrategia para lanzar una gran operación militar conjunta en la inestable provincia paquistaní de Baluchistán contra los insurgentes baluchis, que han matado a decenas de ciudadanos chinos que trabajaban en diversos proyectos.
Informes no confirmados sugieren que Irán, dada su frontera compartida con Pakistán en Baluchistán, también está en el bucle. A principios de año, ambos países llevaron a cabo incursiones aéreascontra los santuarios de militantes a lo largo de su frontera común, en medio de especulaciones sobre una posible escalada de la situación.
Esta semana, el grupo terrorista Jaish al-Adl, con sede en la provincia iraní de Sistán y Baluchistán, afirmó que Islamabad y Teherán habían lanzado una operación militar conjunta en la zona fronteriza del suroeste del país y habían matado a 12 de sus militantes.
La organización de derechos iraní Halvash también confirmó este informe en la plataforma de medios sociales X. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán ha desestimado los informes de una operación conjunta cerca de Saravan, una ciudad iraní cercana al distrito pakistaní de Panjgur, en Baluchistán, tachándolos de ‘noticias falsas’.
En un intento de aliviar la frustración de Pekín y demostrar el compromiso de Pakistán para contrarrestar a los grupos que están detrás de los repetidos ataques contra trabajadores chinos, el 19 de noviembre, el Comité Federal Apex -un órgano consultivo civil-militar clave en la lucha contra el terrorismo- aprobó una operación militar decisiva contra los militantes en Baluchistán.
¿CPEC amenazada?
La lenta respuesta de Pakistán a la escalada de la militancia, que ha causado la muerte de un número considerable de trabajadores chinos que participaban en diversos proyectos en el país, parece haber enfurecido a China.
El mes pasado, Pekín envió un claro mensaje a Islamabad a través de su cuerpo diplomático, amenazando con detener cualquier otra inversión china en el país hasta que Pakistán ponga coto a la militancia.
El Dr. Ghulam Ali, Director Adjunto del Centro de Investigación de Hong Kong para Estudios Asiáticos, explica a The Cradle:
La estabilidad es más importante para China que los sistemas políticos, las ideologías y cualquier otro factor.Pakistán ha experimentado una prolongada inestabilidad y una escalada del terrorismo, con especial atención a los ciudadanos chinos.Esto contrasta fuertemente con las preferencias de China.
Señala que, a pesar de haber desplegado más de 15.000 soldados al mando de un general de dos estrellas -con un importante gasto de los contribuyentes-, el ejército pakistaní no ha conseguido acabar con la amenaza que pesa sobre los ciudadanos chinos.
El Dr. Ali explica sucintamente la postura de Pekín:
China desea la seguridad de sus ciudadanos y entidades en Pakistán. Sin embargo, Pakistán ha fracasado sistemáticamente a la hora de garantizarla, a pesar de utilizar eslóganes como ‘blindado’ e ‘infalible’.
Si la situación no mejora, es probable que China siga adelante con su amenaza de suspender futuras inversiones.
La reciente falta de compromiso con la segunda fase del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), incluso durante la visita del primer ministro chino Li Qiang, no hace sino subrayar las crecientes dudas de China.
Retirada de Pakistán
El informe más reciente de Mettis Global, una empresa de análisis de datos financieros revela que el replanteamiento de las inversiones chinas se deriva directamente de la incapacidad de Islamabad para evitar los repetidos atentados. En octubre, China cesó sus inversiones en el sector energético de Pakistán, como reflejo de su preocupación por la seguridad.
El Century Steel Group, destacado conglomerado chino, agravó aún más la situación al anunciar el 22 de noviembre que se retiraba de Pakistán debido a problemas burocráticos no resueltos. Con una inversión inicial de 30 millones de dólares y planes de ampliación a 200 millones, la retirada supone un duro golpe para las perspectivas económicas de Pakistán.
El consejero delegado del gigante siderúrgico, Li Chunjian, informó al primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, en una carta de que la empresa ha decidido poner fin a sus operaciones y retractarse de su inversión debido a numerosos problemas sin resolver con los organismos gubernamentales encargados de gestionar la inversión extranjera directa en el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC).
El grupo ya ha invertido 30 millones de dólares en la industria siderúrgica, de un total de 85 millones asignados a la primera fase, y tiene intención de aumentar significativamente sus inversiones en la segunda y tercera fases.
Este será nuestro último aviso al Gobierno de Pakistán; si los problemas no se resuelven inmediatamente, empezaremos a desmantelar la planta de la RSEZ [Zona Económica Especial de Rashakai], dijo Chunjian en su carta.
¿Botas chinas sobre el terreno?
El anuncio de la operación militar coincide con la llegada de tropas chinas a Pakistán para un ejercicio militar antiterrorista conjunto que se prolongará hasta mediados de diciembre.
La presencia de fuerzas chinas en este momento crucial es intrigante y reveladora, y plantea interrogantes sobre el alcance de la implicación de China en una región que sigue siendo turbulenta.
También hay informes -no confirmados, pero ampliamente comentados- de que China ha presionado a Pakistán para que permita a sus tropas proteger directamente a ciudadanos chinos. Tal exigencia, de ser cierta, refleja la creciente desconfianza de Pekín hacia el aparato de seguridad pakistaní.
Abdullah Khan, director gerente del Instituto Pakistaní de Estudios sobre Conflictos y Seguridad, califica de mera coincidencia la presencia de tropas chinas en Pakistán, en un momento en el que este país anuncia una operación en Baluchistán:
En lo que respecta a las operaciones conjuntas de seguridad, no creo que las tropas chinas participen en grandes acciones sobre el terreno. Es posible que los chinos desempeñen un papel de asesoramiento, mientras que el papel principal seguirá correspondiendo al ejército pakistaní. Sin embargo, la reanudación de las maniobras antiterroristas conjuntas tras una pausa de cinco años indica unanimidad en una iniciativa conjunta para contrarrestar la amenaza del terrorismo… No esperamos que estos 300 soldados chinos participen en ningún papel de combate sobre el terreno.
Sin embargo, las autoridades de Islamabad siguen sin pronunciarse sobre los detalles y el calendario de esta operación. El ministro de Defensa pakistaní, Khawaja Muhammad Asif, no ha querido hacer ningún comentario, a pesar de los numerosos intentos de The Cradle por ponerse en contacto con él.
Un incómodo paralelismo con Estados Unidos
Sin embargo, una fuente del Ministerio de Defensa pakistaní revela a The Cradleque la demanda china de un mecanismo de seguridad conjunto sigue en estudio. La resistencia entre los altos mandos militares afirma, es fuerte: conceder a las tropas chinas un papel formal implicaría un fracaso de las fuerzas pakistaníes a la hora de salvaguardar los intereses chinos. Permitir tal presencia podría socavar la percepción de fortaleza del ejército pakistaní.
Khan, que aboga por una ofensiva conjunta China-Pakistán contra la militancia, insiste en que la cambiante dinámica de seguridad del sur de Asia exige decisiones audaces.
Haciendo una comparación con las bases militares estadounidenses establecidas en Pakistán durante la guerra de Afganistán en 1979 y de nuevo durante la guerra global contra el terrorismo en 2001, recuerda que la relación entre China y Pakistán es única:
La percepción pública importa, y aquí es donde China tiene una ventaja única. Mientras que la asociación con EE.UU. había suprimido temporalmente las redes terroristas, también exacerbó los sentimientos anti-estadounidenses en el país, alimentó el extremismo y condujo a devastadores ataques terroristas en todo Pakistán.
Según Khan, los pakistaníes ven a China como un socio estratégico digno de confianza, en contraste con la percepción histórica de Estados Unidos como una potencia exterior con intereses egoístas. En su opinión, una asociación con Pekín promete estabilidad sin carga ideológica.
Mientras tanto, en la reunión del Comité Apex en Islamabad, el primer ministro Sharif, junto con el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Syed Asim Munir, y los principales líderes provinciales, han decidido que la inminente campaña militar se centrará en grupos militantes como el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), la Brigada Majeed, el Frente de Liberación de Baluchistán (BLF) y Baluchistan Raaji Ajoi-R-Sangar, todos los cuales han atacado a trabajadores chinos. Sin embargo, la fecha exacta de inicio de esta operación sigue sin estar clara.
Por el momento, Pekín vigila de cerca, con la paciencia puesta a prueba por los signos de inestabilidad continuada. Las próximas semanas pueden determinar si las garantías de Pakistán son suficientes o si la inversión china -y, con ella, el futuro de la CPEC- quedará en suspenso indefinidamente.
Traducción nuestra
*F.M. Shakil Periodista independiente, colaborador en diferentes medios como Almayadeen, Asia Times, The Cradle y otros.
Fuente original: The Cradle