¿ Por qué el PRM se dividirá? # 5

Por Juan Carlos Espinal.

Los militares y los policías que enfrentaron la huelga general pos Semana Santa de 1984 tenían una mayor capacidad ideológica y política para engendrar el orden dictatorial en la sociedad pos Balaguer1986-1996 que lo que pudieran tener para reprimir en 2022.

En el país de la pos guerra 1961-1964 hubo golpes militares apoyados por partidos liberales como Unión Cívica envueltos en la efectividad politica de la intervención norteamericana de 1965.

Las crisis sociales y políticas en COVID-19 suelen suceder a sucesivas crisis macroeconómicas económicas inflacionarias.

Un prolongado período de +550 días de confinamiento, +200 mil arrestos civiles en Toque de Queda y desestabilización socio política generado por constantes vacíos electorales (5/7/2020) generalmente dejan como resultado alguna potencial huelga general.

La legitimidad popular del gobierno del presidente Luis Abinader depende del control del Poder Legislativo, de una combinación de fuerzas sociales de la sociedad civil pro EU, del sector Industrial que converge con los Fideicomisos y la influencia que el Poder Ejecutivo ejerce sobre los demás poderes públicos.

Para que una sociedad eluda la Reforma constitucional de +40 articulos de la constitución, pretenda reducir el 50%+1 y suprima en los medios de comunicación el significado de la socialización de la constitución del 2010 hace falta la fusión de los intereses politicos del COPLD en conflicto y la creación de un polo opositor que favorezca la Reelección que no existe.

La unidad política de un amplio abanico de +10 partidos de la oposicion, la resistencia del 71% de la población que la rechaza y la intención del voto de Leonel Fernández en 2022 otorga razón a los movimientos del oficialismo peremeista.

La inestabilidad política y económica de los últimos 20 meses exige una coalición heterogénea entre las fuerzas sociales y políticas de oposición.

El aspecto político distintivo de la crisis sanitaria COVID-19 2019-2022, del acelerado endeudamiento y de la crisis de legitimidad de los partidos ha sido el divorcio de amplios sectores de oposición y oficialismo en el Congreso con los intereses nacionales.

La composición social y política de la oposición para establecer la estabilidad económica pasa por la construcción de un nuevo consenso electoral.

La capacidad de la sociedad civil pro EU para desarrollar movimientos sociales alternativos en apoyo del gobierno del Presidente Abinader dependerá ante todo de su posibilidad de identificar su vínculo con las masas del campesinado, con las clases medias y movilizar a los trabajadores hacia la política.

A diferencia de ser un líder elegido por el voto popular, el Presidente Abinader es un hombre de empresas.

Posee determinada influencia social y política en los sectores sociales más favorecidos económicamente.

El gobierno del Presidente Abinader se encuentra ante un dilema insoluble en el trajín de las diferencias políticas con el electorado que le votó.

En COVID-19, su principal obstáculo no solo proviene de las condiciones políticas objetivas locales sino de las actitudes subjetivas globales que no puede manejar.

El problema del gobierno de PRM es su natural oposición a la política partidaria, a su oposición al sufragio universal y al condicionamiento justificado de los estragos de su mal manejo de la pandemia COVID-19.

Las reformas sociales, políticas y económicas fondomonetaristas, con raras excepciones, eluden cumplir un papel de protección social.

El Gabinete Social de la Presidencia condena en especial a los trabajadores, a las amas de casa y a los envejecientes.

Los recortes de los programas Toy Pa Ti, Quedate en Casa, Solidaridad castigan a las clases medias y hacen desaparecer la cohesión social de los hogares más vulnerables.

El reeleccionismo peremeista tiende a ver a los partidos políticos como agentes de desunión antes que como mecanismos para la construcción de consenso.

El objetivo de la reelección del Presidente Abinader es crear una comunidad empresarial sin políticas públicas que signifiquen que el consenso politico obtenido se alcance por medio de órdenes administrativas.

Dicho modelo de gobierno no tiene en cuenta la necesidad de medir las consecuencias sociales, políticas, económicas o culturales, obvia los potenciales conflictos y evita reconciliar los intereses encontrados.

Estas deficiencias cognoscitivas llevan a los partidos políticos de oposición a modificar su hostilidad hacia los movimientos sociales y seguir un camino distinto al evaluar las desiciones unilaterales del gobierno.

Aunque el centro del poder político continua siendo el Poder Ejecutivo resulta evidente que es probable que la estructura formal del gobierno del PRM se haya deslegitimizado frente al mecanismo de organización interno de la participación popular, la evasión al voto directo y su falta de apoyo entre los sectores productivos.

Los más serios esfuerzos para crear un gobierno de estabilidad democrática que llenase el vacío político existente gira en torno a las preocupaciones del sistema por crear un consenso de clase.

En las nuevas revoluciones sociales la causa simbólica de la caída de los gobiernos neoliberales puede tener respuesta en la insatisfacción.

Los procesos revolucionarios y la movilización de nuevos actores sociales en política señalan el comienzo del proceso de transformación revolucionaria en la medida en que la competición entre las nuevas elites y las desplazadas lleva a las masas a convocar las ansias del pueblo.

En América Latina y el Caribe el viejo régimen neoliberal ha perdido legitimidad y poder y por lo tanto se derrumba para dejar un vacío de autoridad.

Chile, Colombia, Perú, Cuba, México, Nicaragua, Bolivia, Argentina, Colombia Venezuela, Chile, las islas del Caribe de Barlovento, Haiti, Brasil y México explican la realidad existente.

Por razones tácticas e ideológicas la meta del FMI es ensanchar las desigualdades, dispersar la oposicion política y atraer un nuevo consenso de clase para evitar la movilización.

Con las quiebras de las instituciones públicas, con la inseguridad jurídica hecha trizas y con la crisis sanitaria sin solución cada dia más los desempleados están siendo empujados a la participación política.

El presidente Luis Abinader debe verse en el espejo de Danilo Medina que no lo entendió.

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