¿Por qué las encuestas están fallando?
Por Juan Carlos Espinal.
■En la América Latina y el Caribe pos Covid19, la desaceleración económica, la inflación sin control de precios, las altas tasas de interés, los elevados niveles de inseguridad ciudadana, el endeudamiento externo, el deterioro acelerado de los servicios públicos y el desempleo generalizado transforman la percepción positiva de los electores hacia los funcionarios públicos hacia el rechazo colectivo, desnuda la baja efectividad de las políticas públicas de los gobiernos neoliberales, desmitifica los liderazgos mediáticos, derrumba la opinión pública corporativa haciendo colapsar el estado de derecho.
■El acelerado endeudamiento externo, los fideocomisos, la devaluación del peso frente al dólar, las intervenciones de cooperativas, las fusiones de Bancos, el rebote estadístico del Banco Central fomentan una serie de fenómenos que desde los gobiernos neoliberales se convierten en violencia política, militarización, estados de excepción, desestabilización hemisférica y golpes de estado.
■Las encuestas están fallando porque existe mayor movilización social que de la que hubo durante el confinamiento de más de 550 dias.
■Porque no existe una relación armónica entre el crecimiento económico, las desigualdades, el alto costo de la vida y la competitividad de las empresas con los índices de desarrollo que presenta el Banco Central.
■Los gobiernos neoliberales están sucumbiendo a las insurrecciones populares, a la ilegitimidad de sus mandatos como expresión de la descomposición política que les es inherente y a la creencia de la gente de a pies de que el hombre tiene derecho a cambiar su medio, y que no sólo posee la capacidad, sino además tiene el derecho de hacerlo.
■La violencia estructural del estado a través del transfugismo en reelección se utiliza para evitar el cambio social, político y económico.
■La manipulación de la opinión pública, la censura a través de la publicidad gubernamental, la cultura de la conculcación y el dominio consciente del poder político sobre las instituciones en general precede a la descomposición de los partidos políticos en los gobiernos.
■El transfugismo, el reparto de pensiones solidarias a miembros de los partidos políticos, el uso indiscriminado de los programas sociales, la judicialización de los partidos implica la extensión de los servicios de inteligencia militar a la campaña electoral del presidente Abinader para impulsar su participación en la política.
■Esa degradación de las FFAA-PN implica el desarrollo de nuevas técnicas autoritarias para socavar el ejercicio del voto secreto y directo, boicoteando el derecho a elegir y ser elegibles, fomentando la intromisión de los agentes del Gobierno del presidente Abinader en la vida privada de la gente estimulando la abstención electoral e indiciendo la violencia política contra dirigentes opositores
■La esencia del transfugismo político en los partidos consiste en la humillación de la oposición a una velocidad suficiente que permita la existencia de la desmoralización en el seno de las organizaciones.
■Sin ese interés político no existiría la reelección.
■El transfugismo implica el desmantelamiento de la participación política, sugiere la des-construcción de las instituciones vinculadas a la rápida secuencia de los cambios globales.
■El transfugismo acelera las insurrecciones populares, profundiza las divisiones políticas, derrumba las instituciones democráticas que a su vez han derrocado el orden constitucional.
■ La secuencia de los golpes de estado, los levantamientos populares o las guerras civiles muestran una tendencia fundamental hacia la destrucción del orden político.
■Las causas y las consecuencias de una profunda crisis de gobernabilidad se concentra casi siempre en las brechas económicas existentes, la ausencia de árbitros capaces de generar confianza y el fin de ciclo político.
■Las encuestas están fallando en sus pronósticos porque antes, durante y después de la pandemia el gobierno del presidente Abinader comienza con un repentino reconocimiento de que el estado y los partidos políticos tradicionales ya no existen.
■La caída libre de la reelección empieza sencillamente cuando desaparecen las condiciones sicológicas y materiales que permitían la participación política.
■Cuando el transfugismo se comienza a gestar, los grupos sociales luchan entre sí por el control del poder político.
■El derrumbe de la reelección inicia con el transfugismo, continúa con las divisiones políticas y termina con la ausencia de autoridad pública.
■El reordenamiento político que se experimenta con el desplazamiento del PRM no es sino que la combinación de antiguos vacíos de poder, discrepancias entre el mandante y los mandados con la inmovilidad socioeconómica y la intervención en la política de nuevas fuerzas sociales.
■Si existen movimientos sociales, políticos o económicos dispuestos a hacer oposición a la reelección probablemente estos sean desmovilizados para evitar la aparición de la segunda vuelta.
■Por razones tácticas los tránsfugas ensanchan el desarraigo político, atraen nuevos actores sociales marginales y acrecientan la corrupción desde el poder.
■Con la quiebra de las instituciones nacionales distintos grupos de poder económico y político han logrado cooptar y socializar el monopolio del orden establecido con cierta ventaja natural frente a sus rivales.
■De ahí que el tránsfuga se haga más radical en la medida en que las clases medias y los trabajadores son lanzados a la balanza política.
■Este proceso conduce a la redefinición de la comunidad política y crea los cimientos para un nuevo orden social.
■En la actualidad, la caída simbólica o real de la continuidad del proyecto reeleccionisa puede tener fecha vencida.
Estos períodos de distopías constitucionales señalan el comienzo de un largo proceso de movilización de nuevos grupos en política.
-A medida que la división política se va instalando, el monopolio del poder materializa la dinámica que lleva a la oposición a convocar a los colectivos más amplios del pueblo.
A la larga, la ilegitimidad democrática derrumba el vacío de autoridad existente. Y es preciso derribarlo