Pueblos originarios celebran el Año Nuevo o el retorno del Sol
TELESUR. El 21 de junio es llamado Año Nuevo Andino por los bolivianos, We Tripantu por los mapuches y Fiesta Nacional de la Noche más Larga por los argentinos.
La celebración más importante de los pueblos originarios de América del Sur tiene lugar este 21 de junio y es conocida como el «We Tripantu» o «Nquillatún», término mapuche que significa «salida del nuevo Sol».
Los pueblos indígenas identificaron los momentos del año en que el Sol se alineaba con el ecuador de la Tierra (equinoccios) y los momentos en que el astro rey alcanzaba su mayor altura aparente en el cielo (solsticios).
El 21 de junio se produce el solsticio de invierno en el hemisferio sur, este fenómeno es considerado por los indígenas como un renacer porque la época de cosecha culmina y la tierra se prepara para su nuevo tiempo de fertilidad.
La víspera del solsticio es la noche más larga del año, luego de ese momento clave y durante los seis meses siguientes, las noches se acortan y los días se alargan. En el ambiente hay más luz disponible y con ello hay mayor abundancia.
¿Quiénes celebran el solsticio?
Los pueblos de la cultura andina: Aymara, Quechua y Atacameños realizan rituales del Año Nuevo, los indígenas celebran a la Pachamama o madre tierra y a Tata Inti o padre sol y le solicitan les traiga un año productivo y rico en animales y cosechas para la comunidad.
We Tripantu
Es la celebración del año nuevo mapuche, pueblo indígena ubicado en Chile, la festividad se celebra en las zonas chilenas de la comuna de Lautaro en la Araucanía o en Temuco. La comunidades mapuches preparan su propia celebración en las grandes ciudades chilenas de Concepción y Santiago (capital).
La base de la sabiduría y ciencia mapuche es la observación permanente y sistemática de la naturaleza, su metodología de aprendizaje se conoce como «inarrumen», «utilizaban el mismo método socrático utilizado en la ciencia occidental: observación e inducción.
«En la naturaleza está todo dado, sólo se debe observar», explicó el historiador mapuche encargado del Programa Patrimonio Indígena de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), Juan Ñanculef Huiaquinao.
Ñanculef precisó que los conocimientos astronómicos de los mapuches los llevaron a distinguir los movimientos de la Tierra. La rotación fue llamada chünküz mapu (redondez de la Tierra) y la traslación tüway mapu (giros de la Tierra).
Como el resto de los pueblos precolombinos, el conocimiento de estos fenómenos sirvió para la creación de su calendario, que indica un año de 364 días exactos, distribuidos en 13 meses (küyen) y 28 días (antü).
Tierra de fuego
La Fiesta Nacional de la Noche Más Larga se celebra cada 21 de junio en Ushuaia o Tierra del Fuego en Argentina. En esta fecha se conmemora la llegada del invierno y muchas culturas reconocen el inicio de las estaciones en provecho de las actividades relacionadas con la agricultura.
Desde la noche del 20 de junio y hasta la víspera de la salida de los primeros rayos del Sol el 21 de junio se hace la velación al fuego esperando su energía.
Los asistentes a la ceremonia se sientan de manera circular a compartir el calor del fuego en la primera noche del invierno y los más sabios y ancianos se suman a compartir sus saberes en toda la noche, explican cómo el fuego es dador de vida y por qué agradecemos su compañía porque los seres humanos también son fuego porque contienen la energía que los moviliza a luchar por la justicia.
Los indígenas ofrecen al padre Sol inciensos, coca, tabaco, plantas aromáticas, panes, dulces y bebidas, comparten sus alegrías, anhelos y le solicitan al Tata inti (Sol) que les dé fuerza y los sane.
Bolivia y el «retorno del Sol»
Los indígenas que habitan algunas zonas de Bolivia celebran el «Willkakuti» también conocido como «retorno del Sol» o «Año Nuevo Andino», la celebración se caracteriza por los rituales ancestrales que realizan los sacerdotes indígenas en la madrugada del 21.
La «apthapi» o merienda indígena comunitaria en la que la comunidad de Oruro comparte los alimentos suele ser visitadas por centenares de personas.
Los indígenas aguardan en Tiahuanaco con ofrendas y fogatas en altares dedicados al Willkakuti, celebración que en 2009 fue bautizada por el entonces presidente Evo Morales como «Año Nuevo Andino Amazónico».