Dimensiones de la Guerra Cognitiva N° 3. La guerra en la cotidianidad

Por José Garcés

En los días finales del 2022 se produjo nerviosismo entre los usuarios de las Bombas de gasolina debido a una explosión en un complejo refinador en el occidente del país. La noticia fue reseñada por medios internacionales y por las redes sociales afectas a la oposición. Entre informaciones que no se dieron a tiempo por parte del Gobierno nacional y desinformaciones que ocuparon buena parte del espacio mediático de la Oposición se produjeron enormes colas en las bombas y la gente que hacía cola desde el día anterior miraba impotente como había perdido su tiempo haciendo muchas horas de cola ya que la gandola que iba a surtir esa bomba no llegó. La frustración, la desprotección y la rabia imperaban en ese escenario.

“Todo pasa y todo queda” escribía Antonio Machado, así también pasaron esos días, y a la fecha (enero 5 del 23), se ha normalizado la distribución de gasolina en Caracas.

En esos días me preguntaba un amigo sí yo sabía algo acerca de un rumor que corría, de que al comenzar el año se iba a acabar el subsidio a la gasolina y se tendría que pagar dolarizada. El rumor no es nuevo y cada cierto tiempo circula en las redes de Oposición. Lo que llama la atención es que este amigo del que les hablo es un revolucionario a carta cabal del que puedo dar fe de su sólida formación ideológica y de su templanza en el combate (que no han sido pocos) desde hace por lo menos 5 décadas.

Cuando un personaje legendario como es del que les cuento formula una pregunta como esa, se encienden inmediatamente las alarmas y nos dedicamos a investigar sí los mecanismos de la Guerra Cognitiva lo han afectado. No es nuestra intención juzgar sino observar. Nosotros, como científicos sociales nos basamos en el hecho fáctico, y no despreciamos ninguno, sino que lo incorporamos rápidamente en el universo observable de los fenómenos sociales. Como científicos tratamos de librarnos de todo prejuicio y sobre todo de evitamos subestimar las diversas posiciones que puedan surgir en el escenario del quehacer nacional.

En virtud del esquema propuesto en Garces (2022) y con el que hemos venido trabajando en los artículos anteriores, nos dirigimos a realizar el respectivo análisis.

Habida cuenta de que hemos propuesto los siguientes elementos como constitutivos de la Guerra Cognitiva, enumeramos:
a) Ofrecer al gran público gran cantidad de información.
b) Estructurar la Percepción Serial.
c) Disminuir la capacidad de análisis.
d) Impactar a la opinión pública con un evento de grandes proporciones que genere respuestas emocionales difíciles de manejar.
e) Difundir e Instaurar el “Mensaje ideal”.
f) Estructurar el Sesgo Cognitivo.
g) Guiar a los sujetos para que ejecuten conductas a favor de ese sesgo cognitivo.
Podemos ver como este sencillo evento de la falta de distribución temporal de gasolina sumado a la ausencia de información oficial explicativa, puede ser utilizado para la instrumentación de la Guerra Cognitiva específicamente en los literales d) y e) con las subsecuentes derivaciones hacia los literales f) y g).

ANÁLISIS

En primer lugar, nos damos cuenta de que la Guerra Cognitiva es un fenómeno diario y sistemático, y con la tan alta frecuencia con que se ejecuta, se convierte en cotidiano. Es decir, todos los días estamos sometidos a la Guerra Cognitiva.
En segundo lugar, podemos constatar que una sólida formación ideológica no hace inexpugnable la mente de las personas. La Guerra Cognitiva es insidiosa, se enrosca sobre silenciosamente como una culebra sin que la presa pueda, ni siquiera darse cuenta.
Como tercer punto podemos señalar que, aunque el evento anecdótico que fue aprovechado por los ejecutores de la G.C. (el momentáneo desabastecimiento de gasolina) pasó. Es decir, se solucionó lo de la distribución de gasolina, no podemos decir lo mismo de la estructura psíquica de los sujetos que vivieron la experiencia. Decíamos con Antonio Machado al inicio de este texto “Todo pasa y todo queda”, así pues, suponemos que miles de eventos como este van minando lentamente la capacidad de juicio crítico de los sujetos al hacer sumatoria de los eventos emocionales por pequeños que sean. Esto último es una conjetura que como toda conjetura debe ser verificada experimentalmente, pero que puede darnos luces acerca del funcionamiento del aparato psíquico sometido a la G.C. y puede explicar el porqué un revolucionario sólidamente formado ideológicamente y con una larga experiencia de lucha, puede dar cabida a los contenidos de la G.C. y eventualmente convertirse él mismo en un arma de guerra al retransmitir los contenidos de la G.C.

COROLARIO
Al finalizar la redacción de este artículo reviso la prensa y me doy cuenta de que “aún quiere llover sobre mojado” como cantaba Silvio, y que refiere la aplicación de la G.C. en un lugar alejado de nuestro país. Un ministro lituano sugiere una “cuarentena mental” para la cultura rusa (https://n9.cl/ydw7t) y Moscú acusa a Italia de tener una postura anti-rusa (https://n9.cl/9331v). Recordemos que la RUSOFOBIA (como parte de la G.C.) recibió gran difusión por parte de los grandes medios y RRSS desde principios del año pasado. En el Condicionamiento Clásico se sabe que una vez que se logra que el E.C, produzca la R.C. (por la asociación entre estímulos), de vez en cuando hay que proceder al “Reforzamiento”, que consiste en la aplicación del E.I. conjuntamente con el E.C. de manera que hay que asociar (ahora muy pocas veces) nuevamente el E.I. Con el E.C. Hay que “Refrescar” la asociación entre estímulos de vez en cuando. Tal vez esta sea la razón por la cual cada cierto tiempo los grandes medios reseñan declaraciones de ciertos personajes que alimental la Rusofobia, legitimando esta práctica la tesis de la G.C. en la cotidianidad.

POSDATADO
Una última revisión a la redacción y la posibilidad de incorporar nuevos hechos. Ayer domingo, fuerzas bolsonaristas invadían la sede de los poderes públicos en Brasil pidiendo una intervención militar y el derrocamiento de Lula Da Silva. En atención a lo que veníamos planteando: una fuerza política que rodea el 50% del electorado ¿Puede ser considerada como ultra-derecha de rancia estirpe? o ¿La manipulación psicológica pudo captar incluso a personas formadas en la izquierda? De cierto os digo: los ricos de un país nunca pueden alcanzar el 50 % del electorado.

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