La “geometría variable” de Blinken para una nueva guerra fría

Alastair Crooke.

Imagen: «Blinken y Team America», OTL

 

Lo que está claro es que los estamentos dirigentes de Washington están instalados en la primacía de la contención de China.


La semana pasada, el Secretario de Estado Blinken, en un discurso en la Universidad Johns Hopkins, dijo sin rodeos:

Lo que estamos [afrontando], no es una prueba del orden posterior a la Guerra Fría.  Es su fin… un momento bisagra en la historia… Los países y los ciudadanos están perdiendo la fe en el orden económico internacional, su confianza sacudida por fallos sistémicos… Cuanto más persistan estas disparidades, más desconfianza y desilusión alimentarán en la gente, que siente que el sistema no le está dando un trato justo.

Hasta aquí, todo bien… pero continuó:

Estados Unidos lidera este periodo crucial desde una posición de fuerza … Una era está terminando, una nueva está comenzando … Debemos actuar, y actuar con decisión … Debemos hacer avanzar la historia. Debemos poner la mano en el timón de la historia, porque …

Ninguna nación de la Tierra tiene mayor capacidad para movilizar a otras en una causa común. Porque nuestro empeño permanente … nos permite arreglar nuestros defectos y renovar nuestra democracia desde dentro.  Y porque nuestra visión del futuro, un mundo abierto, libre, próspero y seguro, no es sólo la de Estados Unidos, sino la aspiración perdurable de los pueblos de todas las naciones de todos los continentes (el subrayado es nuestro).

La ‘nueva era’, pues, nos parece familiar a la ‘vieja‘: Nuestra «visión liberal» occidental y su doctrina económica es la de todos, en todas partes del mundo, afirma Blinken.

Pero el desafío de la ‘nueva era’ es que,

‘nuestros’ competidores [Rusia y China] tienen una visión fundamentalmente diferente… El contraste entre estas dos visiones no podría ser más claro. Y lo que está en juego en la competición a la que nos enfrentamos no podría ser mayor para el mundo, y para el pueblo estadounidense.

Así que nosotros — el Equipo América — estamos trabajando «para alinear a nuestros amigos de nuevas formas para que podamos hacer frente a las tres pruebas definitorias de esta era emergente: una competencia estratégica feroz y duradera; amenazas existenciales a las vidas y medios de subsistencia en todas partes  y la urgente necesidad de reequilibrar nuestro futuro tecnológico y nuestro futuro económico, para que la interdependencia sea una fuente de fortaleza – no de vulnerabilidad».  (¿Interdependencia? … hmm)

Estamos haciendo esto a través de lo que me gusta llamar geometría variable diplomática. Hemos alineado a decenas de países para imponer a Rusia un conjunto de sanciones, controles a la exportación y otros costes económicos sin precedentes.

Ahh… ¿así que la vieja Guerra Fría ha terminado? ¿Y qué va a sustituirla? Pues una nueva Guerra Fría de «geometría variable». Es evidente que el mensaje que emana de las cumbres de los BRICS y del G20 no ha «calado».

El mensaje que resonaba en un claro repique de campanas de estas cumbres era que el colectivo no occidental se ha unido en torno a la demanda urgente de una reforma radical del sistema mundial. Quieren un cambio en la arquitectura económica mundial; impugnan sus estructuras (es decir, los sistemas de votación que se esconden tras esas estructuras institucionales como la OMC, el Banco Mundial y el FMI) y, sobre todo, se oponen a la hegemonía armamentística del dólar.

La demanda, expresada con claridad, es la de un asiento en la mesa principal. Y punto.

A esa demanda, la respuesta de Blinken es la de un desafío rotundo: la Geometría Variable:

Estamos reuniendo una coalición adecuada. Estamos transformando el G7 en el comité de dirección de las democracias más avanzadas del mundo; combinando nuestro músculo político y económico… Estamos llevando las relaciones bilaterales críticas, [especialmente] con la Unión Europea a un nuevo nivel. Estamos utilizando ese poder para dar forma a nuestro futuro tecnológico y económico….

En pocas palabras, la Geometría Variable de la nueva Guerra Fría contra China y Rusia equivale a una guerra financiera armamentística continuada:

Hemos alineado a decenas de países en la imposición de un conjunto sin precedentes de sanciones, controles a la exportación y otros costes económicos a Rusia. Hemos coordinado al G7, a la Unión Europea y a docenas de países más para apoyar la economía de Ucrania, para reconstruir su red energética. Así es la geometría variable.

Las nuevas herramientas de la Guerra Fría, tal y como se definen en el discurso de Blinken, son, en primer lugar, la «narrativa» (nuestra visión es la visión del mundo); una economía armamentística; una nueva capacidad de préstamo para el FMI, controlado por Estados Unidos; y un «cinturón» protector que impida a los mandamases de la tecnología occidental encontrar una salida hacia China.

Lo que está claro es que los estamentos dirigentes de Washington están instalados en la primacía de la contención de China. Se acabó el debate.

Sin embargo, hay dos paradojas principales contenidas en este proyecto:

La primera es que la guerra financiera contra Rusia ha dado como resultado una Rusia económicamente más fuerte, y un aliado de EE.UU. más débil y pobre: Europa. Del mismo modo, como señaló un funcionario chino destacando el avance que representa el Huawei Mate 60 Pro: «Las sanciones no son tan malas. Sólo fortalecen el «movimiento de desoccidentalización»», como se denomina informalmente en China. En otras palabras, en última instancia fortalecen a China y debilitan a EE.UU.

La segunda paradoja es que al enmarcar la «Nueva Guerra Fría» en términos tan explícitamente maniqueos de «con nosotros o contra nosotros» que excluyen cualquier «término medio«, los vacilantes BRICS como India tendrán poco espacio en el que jugar «a dos bandas«.

Sólo la geografía, finalmente, impulsará a la India a engranarse sin reservas en la esfera del Heartland.

Traducción nuestra


*Alastair Crooke, es un exdiplomático británico y es el fundador y director del Foro de Conflictos con sede en Beirut, una organización que aboga por el compromiso entre el Islam político y Occidente.

Fuente original: English Al Mayadeen

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