Pensiones discrecionales, injusticia manifiesta

Por Carlos Julio Báez Evertsz. De todos modos, cada vez más me voy convenciendo que la idea subyacente, en muchos empresarios y en algunos políticos en el poder (antes y ahora), es la siguiente: “El que no pueda vivir, que se muera”.

Es una falta de sensibilidad social dar pensiones discrecionales a artistas y comunicadores, que no han cotizado o no han trabajado en el sector público.

El gobierno tiene una potestad discrecional en algunos asuntos. Esto no sólo es legal. Sino que incluso puede servir para hacer actos de justicia. Por ejemplo, si una persona ha trabajado 40, 50 años en la función pública, muchos de ellos en puestos de alta responsabilidad y ésta persona no ha sido un depredador de los bienes públicos, parece de equidad que no se le pensione con una cantidad que no le permita solventar sus necesidades.

Hay pensiones que dan instituciones que están financiadas por el Estado que sus administrativos y docentes con apenas 20 años de servicios pueden acogerse a la jubilación con sumas de 40, 50, 70  mil pesos o cantidades mayores. Es injusto, pues, que un alto administrador del Estado con más de tres décadas de servicio, cobren eso mismo, una vez que han sido gestores en organismos donde, si hubieran sido corruptos, hoy serían millonarios en dólares. Como sobran ejemplos de estos millonarios al vapor, en los últimos 25 años.

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